El predio que antes funcionaba como estacionamiento en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se transformará en un templo religioso de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días, despejando especulaciones sobre su destino que incluían la posibilidad de ser una plaza o un hotel de lujo.
La Ciudad Autónoma de Buenos Aires verá el establecimiento de un templo religioso de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en el predio que solía ser un estacionamiento privado en el microcentro porteño. Este proyecto culminará con el cierre de una serie de especulaciones sobre el destino del terreno, que incluyeron la posibilidad de expropiación, la creación de una plaza o la construcción de un lujoso hotel para recibir delegaciones durante el Mundial de Fútbol de 1978.
El predio en cuestión se encuentra delimitado por las calles Reconquista, Viamonte y la avenida Córdoba, y se encuentra en la misma manzana que alberga el Monasterio y la Iglesia Santa Catalina de Siena, este último declarado Monumento Histórico Nacional. El estacionamiento actual está siendo desmantelado y en los próximos días finalizará el contrato de alquiler.
La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días está negociando en privado para adquirir el predio por una suma que podría alcanzar los 30 millones de dólares. El proyecto original es construir un templo que contará con un espacio verde integrado, y se espera que sea un lugar de recogimiento con características modernas y sin una impactante presencia inmobiliaria.
Para evitar especulaciones y aclarar el alcance del proyecto, la Iglesia de Jesucristo tiene previsto reunirse con los vecinos y referentes del barrio. La comunidad de Santa Catalina de Siena ha manifestado resistencia y temor por los cambios que esto podría generar en la fisonomía de la manzana y en la apertura del espacio público hacia los fieles del nuevo templo.
El terreno en cuestión tiene una rica historia. En 1745 se estableció el primer monasterio para mujeres en la Ciudad de Buenos Aires, destinado a albergar a las monjas catalinas. En 1942 se construyó la iglesia, seguida por el Monasterio en 1975, ambos declarados Monumentos Históricos Nacionales. La zona siempre ha sido objeto de interés para desarrollos inmobiliarios debido a su ubicación privilegiada en el corazón de la ciudad.
A lo largo de los años, el terreno fue objeto de diferentes proyectos que incluían la construcción de un hotel de lujo y una plaza pública. Sin embargo, ninguna de estas propuestas se concretó, y ahora el proyecto del nuevo templo religioso avanza tras un largo proceso de negociación entre las partes involucradas.
La instalación de la Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días en este sitio será un acontecimiento relevante para la comunidad religiosa y para la Ciudad Autónoma de Buenos Aires en su búsqueda de mantener su historia y patrimonio, mientras se desarrolla y se integra con las necesidades modernas.