CULTURA

Martín Huberman expone Tender Vortex Tormenta en la Usina del Arte

En una muestra que evoca la esencia de lo cotidiano a gran escala, el arquitecto Martín Huberman presenta “Tender Vortex Tormenta” en la Usina durante todo el mes de octubre. Este proyecto, enmarcado dentro del concepto “Tender”, propone una conexión entre los objetos cotidianos, como los broches de ropa, y la creación de estructuras espaciales que vinculan espacios existentes y personas. Asimismo, busca explorar la memoria emocional y física a una escala extraordinaria, desafiando la relación entre individuos y edificios.

“La idea de la obra es trabajar sobre cierta memoria emocional o memoria física que uno tiene respecto de los broches y llevar esa cotidianeidad del tacto, del recuerdo, a una escala extraordinaria, tomando a veces las formas de una tormenta, de un tornado, un vórtice, para manejar esta relación de escala entre un individuo que mide más o menos dos metros y un edificio que mide 15,” explica Huberman.

En cuanto a la elección de los broches como material, el arquitecto recuerda sus primeros años después de la universidad cuando los broches se convirtieron en su “primer ladrillo” en el mundo de la experimentación arquitectónica. A lo largo de 15 años, su proyecto “Tender” ha recorrido diversas ciudades del mundo, desde Londres hasta Mar del Plata, interviniendo edificios y generando nuevas relaciones entre espacios y personas.

Los colores intensos utilizados en la instalación no son aleatorios; forman parte de la estrategia comunicacional de la obra. “Los colores lanzan un mensaje y por lo general los gradientes son los que se utilizan para expresar la fuerza de una tormenta, el poder de un viento, lo dramático de un impacto, la escala de una montaña,” aclara Huberman. Además, estos colores buscan capturar la belleza del gradiente de luz presente en el amanecer y el atardecer, conocido como la “hora mágica”.

La frase “infraestructura emocional,” parte del texto de la obra, se refiere a la relación contextual que existe entre los objetos “Tender” y los edificios. La Usina, en su historia como infraestructura eléctrica fundamental para Buenos Aires, se convierte en un escenario donde la infraestructura emocional busca rescatar parte de su antiguo carácter y aplicarlo de manera más personal y grupal.

En cuanto a la relación entre arquitectura y arte visual, Huberman destaca que su enfoque es esencialmente arquitectónico, pero busca explorar vínculos entre los usuarios y los espacios, otorgándoles una dimensión de escala que va más allá de lo meramente funcional.

El impacto de “Tender Vortex Tormenta” en los espectadores es variado. A medida que los visitantes se acercan a la obra, experimentan una serie de momentos de reconocimiento, desde la impresionante escala de la instalación hasta la sorpresa al descubrir el material utilizado. El clímax de la experiencia se encuentra en el “ojo de la tormenta,” donde uno puede verse en un espejo con su reflejo fuera del edificio, evocando la fantasía de los tornados y el “ojo del huracán.”

La relación entre el exterior y lo introspectivo es fundamental en esta obra. “La relación individuo-espacio es fundamental. De ahí se empieza a trabajar sobre las estrategias: ¿qué es lo que me da la Usina? Y cuando yo ya logro salir, y entrar en una pieza un poco más fantasiosa, ¿cuáles son mis memorias y cuáles son mis recuerdos?” expresa Huberman.

La muestra es de acceso libre y gratuito y se encuentra en el Salón Mayor de la Usina. “Tender Vortex Tormenta” es una invitación a explorar las conexiones entre lo cotidiano, la arquitectura y el arte, trascendiendo las escalas y creando nuevas experiencias para los visitantes. La Usina continúa su compromiso de acercar el arte y la creatividad a todos los ciudadanos.

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