Maestros/as, familiares y alumnos del establecimiento ubicado en Matheu 1472, Comuna 3, decidieron llevar a cabo la medida con los siguientes objetivos: la defensa del acceso a la enseñanza inclusiva, como así también, para preservar los puestos de trabajo del personal docente y no docente.
A veinte días del comienzo del ciclo lectivo 2023, padres y maestros recibieron una comunicación telefónica de parte de representantes de la escuela, a través de la cual, se los notificó sobre el cierre del establecimiento a partir del 1 de marzo. La situación afecta a doscientas cincuenta familias y a noventa trabajadores de la educación.
Los propietarios argumentaron dificultades económicas, algunos padres y madres comentaron que a ellos les llegó la información que la escuela sería demolida para comenzar con la construcción de un emprendimiento inmobiliario.
Por su parte, el Rector de Enseñanza Media de la institución, Ramón Benítez, señaló: “El Ministerio de Educación Porteño en ningún momento se comunicó ni se apersonó ante la noticia del cierre”.
Más detalles
De acuerdo con otros testimonios recibidos, las autoridades devolvieron la matrícula con un cinco por ciento más en retribución, además entregaron los cuadernos, los boletines y una lista de colegios como para anotar a los chicos…Pero a esta altura del año, es muy difícil obtener vacantes.
Cabe destacar que el Colegio Nuevo Horizonte es privado pero recibe una subvención del Estado del sesenta por ciento. De aquí que los padres y madres solicitan al Gobierno de la Ciudad que asuma los gastos en su totalidad por el año hasta que obtengan las vacantes correspondientes como para poder reubicar a sus hijos/as.
Sumamente angustiada, otra de las mamás, manifestó: “Los padres les ofrecimos todas las soluciones y ellos no quieren saber nada…Ofrecimos pagar el doble de cuota y sacar las becas, pero devolvieron las matrículas…Los chicos están llorando, hay algunos que ni siquiera saben que no tienen colegio… Se creen que esto es supermercado”.
“El hilo se corta siempre por lo más delgado”
Pocas veces hemos conocido un hecho de estas características, el desprecio tan evidente por los estudiantes y sus discapacidades, por los padres, los docentes, por la comunidad educativa en su conjunto.
Es de esperar que en medio de tanto desamparo, surja esa “luz al final del túnel” que permita una solución adecuada para estas familias y sus hijos que están viviendo un auténtico e inmerecido calvario.
Los estudiantes no pueden ni deben convertirse en “el pato de la boda”.
