La Dirección General de Estadísticas y Censos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires reveló cifras que plantean un escenario económico desafiante para las familias porteñas. Según su informe “Líneas de pobreza y Canastas de consumo”, la línea de pobreza experimentó un incremento del 14,1% con respecto a los datos de agosto de 2023. Simultáneamente, la línea de indigencia se elevó en un 16,6%. Estos números arrojan luz sobre las dificultades económicas que enfrentan las familias en la capital argentina.
En un análisis más detallado, se ha determinado que, para no caer por debajo de la línea de pobreza, una familia porteña típica compuesta por cuatro miembros y propietaria de su vivienda necesitó contar con ingresos que superaran los $322,275 durante el mes de septiembre. En el mismo período, el umbral de indigencia para una familia de características similares se ubicó en $185,044. Esta disparidad en las cifras resalta la urgente necesidad de abordar el problema de la pobreza en la ciudad.
La situación económica en la Ciudad se ha vuelto cada vez más desafiante. La línea de pobreza que ahora se ubica en más de $300.000 ilustra claramente la presión económica que enfrentan las familias porteñas. Para poder considerarse parte de la clase media, se requieren ingresos cercanos a los $500.000. En otras palabras, la brecha económica se amplía, y la aspiración de alcanzar la clase media se vuelve aún más inalcanzable.
José María Donati, director de la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad, expresó su preocupación acerca de esta situación. Señaló que “una familia necesitó un 150% más de ingresos que en el mismo periodo del año pasado para no ser pobre; muy por encima de la inflación. Con estos números cabe esperar que aumente la pobreza y la indigencia en la Ciudad”. Donati también advirtió sobre las posibles implicaciones de las medidas adoptadas por el gobierno nacional: “Las últimas medidas del gobierno pueden parecer actos de justicia social o redistribución de la riqueza, pero en este contexto y en el mediano plazo son sumamente regresivas para los sectores de menores ingresos. Provocan un aumento de las mismas desigualdades que se dicen combatir”.
El director agregó una perspicaz observación sobre el estado actual de la economía, afirmando que “el caos cambiario y la inflación estacionada en estos niveles son una máquina de generar pobreza e indigencia”. Esta declaración pone de manifiesto la necesidad urgente de abordar los problemas estructurales que contribuyen a la inflación persistente y sus consecuencias en la calidad de vida de los ciudadanos.
Los datos presentados en este informe refuerzan la importancia de tomar medidas efectivas para contrarrestar la creciente inflación y sus efectos en las familias porteñas. La lucha contra la pobreza y la promoción de la igualdad económica se convierten en tareas prioritarias en un contexto económico desafiante. La situación es un recordatorio constante de la necesidad de abordar la inflación y trabajar en la construcción de una sociedad más justa y equitativa.