En una deslumbrante presentación en el estadio GEBA de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Rod Stewart, el icónico artista británico, se convirtió en el anfitrión ideal de una noche repleta de brillo, glamour y sus inolvidables éxitos. El concierto, que marcó su sexta visita artística a nuestro país, combinó un gran despliegue visual con un repertorio sólido que cautivó a la audiencia.
El escenario, abrumadoramente decorado con brillos y colores, se convirtió en el telón de fondo perfecto para el talento innato de Rod Stewart y su capacidad para elevar su ronca voz a niveles sublimes, tanto en pasajes melódicos como rockeros. La noche fue un viaje a través de sus más grandes hits, incluyendo “Do Ya Think I’m Sexy,” “Maggie May,” “Some Guys Have All The Luck,” “Downtown Train,” y “Sailing,” entre otros.
A pesar del deslumbrante despliegue visual y las seguras elecciones de canciones, Rod Stewart entregó una actuación magistral, respaldada por músicos y coristas excepcionales. Además de su destreza en el escenario, Stewart, a sus 78 años, demostró un sentido del humor autocrítico al parodiarse a sí mismo y burlarse de su imagen seductora de antaño.
Las coristas, tanto rubias como talentosas, no solo impresionaron por su presencia angelical y sensual, sino también por sus habilidades vocales. Junto a ellas, un grupo de músicos versátiles que incluía guitarristas, baterista, bajista, percusionista, tecladista, saxofonista, violinistas y una multiinstrumentista, ofrecieron un sólido respaldo a Rod Stewart a lo largo de la noche.
Rod Stewart, con su habilidad para cautivar al público con su voz, su carisma y su repertorio variado dejaron una impresión duradera en la audiencia. Las casi dos horas de espectáculo transcurrieron sin pausa, y el concierto culminó sin necesidad de bises, dejando a todos satisfechos y encantados con la experiencia brindada por el legendario artista británico.
El concierto del miércoles comenzó a las 21:30 horas, arrancó con “Addicted to Love,” tema originalmente interpretado por Robert Palmer. Rod Stewart apareció en el escenario rodeado de un plantel femenino que simulaba tocar guitarras, un guiño al icónico videoclip de Palmer. A medida que avanzaba el concierto, cada miembro de la banda asumió su rol, destacando a los verdaderos guitarristas y al bajista en “You Wear It Well.”
La presentación evocó la nostalgia de los años 60 con “Oh La La” y fotos de The Faces, la banda donde Rod Stewart comenzó su carrera. Durante “Having a Party” y el cover de Creedence Clearwater Revival “Have You Ever Seen the Rain,” el público se mantuvo entusiasmado, pero fue en “Infatuation” donde la noche alcanzó uno de sus momentos más poderosos, gracias a la combinación de crudos riffs de guitarras y el magistral groove del bajo.
El concierto también exploró distintos géneros musicales, desde el country hasta la música celta, con “It’s a Heartache” y “Forever Young.” Esta última destacó por la presencia de banjos, violines y bombos, creando una atmósfera ligada a la tradición. El homenaje al fútbol, una de las pasiones de Rod Stewart, estuvo presente con imágenes del club de sus amores, el Celtic, y la evocación de la histórica final de Qatar que consagró a la selección argentina como campeona del mundo.
La etapa final del concierto estuvo marcada por un regreso al rock y los ritmos negros con “Young Turks,” seguido de la celebratoria “Maggie May” y el blues “I’d Rather Go Blind,” de Etta James, dedicada a Christine McVie de Fleetwood Mac.
Rod Stewart sorprendió al público al ceder el escenario a una de las coristas para liderar “I’m So Excited,” en un homenaje velado a Pointer Sisters. Luego, el concierto alcanzó su clímax con las emotivas “I Don’t Want To Talk About It” y “Have I Told You Lately,” acompañadas por el contrabajo y las guitarras acústicas.
Las coristas brillaron nuevamente en una versión de “Lady Marmalade,” preparando el terreno para el tramo final del show, donde la estética de Las Vegas se hizo presente con gráficas llamativas durante “Some Guys Have All The Luck” y un homenaje a Tina Turner en “It Takes Two,” destacando el duelo vocal entre Rod y las coristas.
El espíritu disco se manifestó con el máximo hit “Do Ya Think I’m Sexy,” y la noche concluyó con un toque náutico, las chicas de la banda luciendo gorras marineras mientras interpretaban “Sailing.” No se necesitaron bises, ya que Rod Stewart había asegurado que nadie se fuera defraudado. El espectáculo dejó a la audiencia satisfecha y reafirmó su lugar en la historia de la música.