Durante agosto y setiembre 10.000 alumnos y alumnas de 4to grado, pertenecientes a 250 escuelas públicas y privadas de la CABA, deberán realizar un test-de apenas un minuto-, para poder determinar la fluidez con la cual pueden leer un texto, desde una etapa en escolar en la que se da por descontado que deberían encontrarse alfabetizados.
La iniciativa del Gobierno Porteño, que comenzará a tomarse todos los años, surge a partir del descenso pronunciado en el aprendizaje de lengua luego de dos años de pandemia.
El Programa de Fluidez y Comprensión Lectora se inspiró en la experiencia exitosa que se lleva a cabo en la provincia de Mendoza desde hace cinco años.
Características del Programa/Dos Etapas:
-Evaluación sobre la fluidez y la comprensión lectora.
– El trabajo sobre los resultados.
Desde el punto de vista de la evaluación propiamente dicha, incluye dos instancias bien determinadas: un test de comprensión escrita estándar para todos los estudiantes y la toma de lectura a aquellos chicos/as que necesiten reforzar la comprensión de los textos.
La prueba se llevará adelante entre los meses de agosto y septiembre, y cada establecimiento educativo definirá la fecha y el horario.
Los resultados serán clasificados a partir de tres niveles de fluidez:
-Estudiantes que leen y comprenden textos.
-Estudiantes que tienen dificultades para leer.
-Estudiantes que aún no alcanzan el nivel básico de lectura.
Los alumnos y las alumnas que exhiban dificultades, tendrán veinte horas con actividades dedicadas a la lectura. En tanto, quienes no sepan leer, dispondrán de otras veinte horas extra con el acompañamiento de maestros especializados.
¿Qué se entiende por fluidez lectora?
Se trata de la capacidad de leer con rapidez, precisión y desde la entonación adecuada. En síntesis: los lectores fluidos comprenden el texto que están leyendo.
La fluidez y la comprensión lectora son conocimientos que requieren de práctica y sistematicidad.
Desde esta perspectiva, la escuela es el lugar indicado, para que el acto de leer se transforme en una gran oportunidad, para consolidar un espacio, un tiempo, textos, mediaciones, condiciones, desafíos y compañía, aspectos que resultan prioritarios para que cada niño/niña se pueda construir como lector.
Sobre la importancia de esta evaluación, la Ministra de Educación de la Ciudad, Soledad Acuña, precisó: “Para diseñar las mejores medidas educativas, primero hay que saber desde dónde partimos… En la Ciudad nunca dejamos de evaluar y, gracias a esto, fuimos la primera jurisdicción en poner en marcha un plan de recuperación de los aprendizajes para recuperar lo perdido como consecuencia de la pandemia…Con este programa vamos a permitir a los estudiantes practicar, entrenar y fortalecer las habilidades necesarias para poder leer y entender lo que leen…Este aprendizaje es fundacional…Todo lo que los chicos y chicas aprendan después va a estar condicionado por su capacidad de lectoescritura…Por eso, es urgente fortalecer estas capacidades y seguir garantizando una educación integral y de calidad”.