Una institución educativa ubicada fue víctima de actos vandálicos en los que se llevaron equipamiento valioso y hasta golosinas destinadas a los estudiantes. La Escuela N° 21 DE 10 Cornelio Saavedra, que se encuentra en medio del parque Saavedra, fue objeto de un robo la semana pasada, donde computadoras, pendrives y notebooks fueron sustraídos.
El jueves pasado, la directora de la escuela se encontró con un escenario desolador: áreas del edificio habían sido vandalizadas. Las evidencias indican que una o varias personas habrían ingresado por el sector del comedor, rompiendo una ventana y derribando la puerta de la dirección. Se sustrajeron varios dispositivos electrónicos, incluyendo notebooks y una PC de escritorio, así como también pendrives con documentos fundamentales para la institución.
Las autoridades escolares reaccionaron con celeridad, informando a la Policía y a las autoridades correspondientes. Sin embargo, el infortunio pareció repetirse cuando, menos de 48 horas después, un nuevo intento de ingreso fue frustrado. En un gesto de solidaridad, las familias de los estudiantes rodearon la escuela con un abrazo simbólico, exigiendo medidas de seguridad más sólidas, como rejas, alarmas y la instalación de iluminación en los alrededores.
Este incidente ha desencadenado una preocupación generalizada, más allá de la seguridad, respecto al abandono del edificio por parte del gobierno porteño. Facundo Rey, integrante de la Cooperadora y padre de un estudiante, enfatizó que el problema abarca más allá de la seguridad, señalando el estado de desamparo en que se encuentra el edificio, especialmente durante las noches y los fines de semana. El edificio, ubicado en el Parque Saavedra, carece de protección adecuada y sufre la falta de iluminación y resguardo.
Ante esta situación, los padres y miembros de la comunidad educativa demandan acciones concretas, incluyendo medidas de seguridad como iluminación intensiva y un sistema de alarmas eficaz. El edificio, a pesar de contar con una reja perimetral, carece de suficientes medidas de protección, particularmente en zonas vulnerables como el comedor, cuyos ventanales son un punto de vulnerabilidad evidente.
La Escuela N° 21 DE 10 Cornelio Saavedra no ha sido ajena a otros problemas, como la falta de suministro de agua que llevó a la suspensión de clases durante varios días. El episodio ocurrió en julio de este año, durante una campaña electoral en la que se prometía la normalización de las actividades escolares.
La situación pone de manifiesto la necesidad urgente de fortalecer la seguridad y el cuidado de las instalaciones educativas en el territorio porteño, así como abordar de manera integral el mantenimiento y el bienestar de los estudiantes y docentes que forman parte de ellas.