“A new Moma is coming”, se lee en los afiches publicitarios desplegados cerca de la Quinta Avenida y en varias calles de Manhattan –envuelta por estos días en una clima otoñal de nubes y frío-, una suerte de invitación a no perderse este evento de relevancia mundial que suma 3700 metros cuadrados, muchas más obras en exhibición y, principalmente, una nueva y vanguardista concepción de la idea de museo.
Este nuevo MoMA está “comprometido con reflejar la diversidad y creatividad a través de todo el territorio mundial; es ahora un museo donde no existe una única historia del arte”, dice en un mano a mano con Télam el director de la institución, el estadounidense Glenn D. Lowry.
Es por esto que el museo, concebido ahora como “un laboratorio” o como un work in progress, presenta “además de La Noche estrellada de Van Gogh, las obras de Frida Kahlo, Diego Rivera, David Alfaro Siqueiros, Helio Oiticica, León Ferrari, Guillermo Kuitca y tantos otros”, enumera el locuaz y siempre amable Lowry.